Llueve en Espartinas , finales de septiembre exactamente día 27.
Otra vez la sospecha sobre el cielo y detrás de
mí, el jardín del chalet de mis padres.
En espartinas siempre sobra la luz, más no por ese derroche la gente es
distinta.
Charcos y barro mojan y ensucian mis zapatos deportivos.. no es raro.. El camino es
regularmente transitable y los coches y motos circulan con prisa por el camino del pulído.. Los coches
revientan los charcos y salpican sin misericordia a cuanto viandante va por
acera o semejante a ella.. Cuando al final llegas al otro lado parece como si un descanso se
apoderase de ti.. Has conseguido llegar.
Y cuando lo haces, la lluvia cesa... ya no
hay prisa.
La calle vuelve a ser un pandemónium de vehículos, transeúntes,
olores, ruidos, gente y más bicicletas, una plaga de bicicletas que
nos ha invadido por aquello del progreso en espartinas haciendo ese intento de carril bici.. y que circulan por todas partes, sin
reglas, sin respeto, sin orden. lo de siempre: derechos sí, obligaciones
ninguna..
El respeto a los demás, como la lluvia en espartinas desmadejada y anárquica, es
circunstancial y decadente. Nadie mira a nadie. Si acaso una furtiva mirada que
no dice nada ni pretende siquiera ofrecer un aliento de ánimo. ¿Para qué animar?
no es necesario.. La vida moderna rechaza el diálogo y preferimos el virtuosismo
del cine, la inmediatez de la televisión o el machacante repiqueteo cada día en
la prensa de lo que pasó unas horas antes, casi siempre con los mismos
argumentos y acciones desproporcionadas de los unos y los otros.
Se habla por compulsión de temas que nos suenan sin saber a ciencia cierta
cuál es su verdadera sustancia. Ahora está en el boca a boca el problema de la crisis, quién sabe, pues todo es discutible y
ni quien aduce razones es capaz de centrar el asunto.. no es verosímil la
cuestión: unos dicen una cosa y otros lo contrario. Lo que al ciudadano llega no
son más que ecos inconfundibles de una maraña de opiniones que por el hecho de
partir de alguien han de ser escrupulosamente oídas.
Mientras tanto, el pollo, el tomate, el pan, la leche y hasta los pañuelos de
papel, hoy llamados vulgarmente kleenex, suben sus precios sin importarles la
historia de la burbuja, las peripecias de la Bolsa o el superávit del Estado que
en un par de años se lo habrán comido "con papas" por culpa de unos cuantos "mamarrachos" .
Estos nuestros políticos los que nos han tocado claro esta..
Aunque decir que..
¡No estoy de acuerdo!
No y no ¡no
estoy de acuerdo! La libertad no se moldea con barro ni se transforma con
pinceles de artista. La libertad es un derecho inalienable que todos tenemos,
salvo cuando alguien nos la quita u otros tratan de manipularla para
presentárnosla como algo novedoso. Entonces se acabó la libertad y a todos nos
sienta muy mal.
Pero tanto en uno como en otro caso, nosotros fuimos los consentidores del
atraco. Y paro con la pólitica que me enfurezco!
La gente en espartinas no es distinta, es como en todas partes.. Alguna
gente aqui en el pueblo , como en cualquier otro sitio, mantiene sus ilusiones, guarda
sus recuerdos y se divierte cuando llega el momento. Pero no es distinta, simplemente que son "muy suyos". Por
eso precisamente en espartinas también llueve... siendo pueblo abrazadado por el
aljarafe, la gente puede atravesar su cauce y mirar..
En espartinas la
gente, cuando atraviesa la avenida alcaldesa mª regla, si mira a un lado y a otro hallará tráfico y mas que tráfico, donde se quedaron esas personas que inundaban esa gran avenida que atraviesa el pueblo entero...?
¡Carajo con el progreso! Con perdón.
Y en espartinas
sobra la luz aunque también ésta se conjuga con las sombras.. Sevilla es ciudad y espartinas un pueblo
de luces y sombras, no cabe duda. Pero seguiré diciendo que los pueblerinos no son distintos.. no dejan de ser muy suyos..
La gente de espartinas no quiere saber de puentes, como la gente de Sevilla capital, son como toda la
gente de hoy, solo quieren ocio, un poco de ocio y más ocio.. fútbol, toros, consumo y muchos puentes
vacacionales y fiestas típicas del pueblo y todos los pueblos de alrededor.. Derechos, todos.. Obligaciones, ninguna.
No hay que ver más.. Lo único que tiene movimiento en espartinas es la
carretera que parece como si todos tuviéramos prisa, mucha prisa por llegar no se
sabe dónde.. Pero cuando cáe la noche no hay lugar para la vida: TODO ES SILENCIO por el pueblo interiormente, La vida desde hace varios años se hace en la zona comercial llamada " EL ESPARTAL ".
Quien alborota, embrutecido por el alcohol o por la droga, se apaña con eso. Y quien se queda en casa se atiborra de fármacos para poder dormir.. Nadie vigila,
nadie impone el orden , ni si quiera los uniformados agentes de la policia local del pueblo, nadie cumple lo prometido en la campaña electoral, nadie
aplica lo ordenado.
Aqui me queda un mes mas de estancia, debido a la lesión de rodilla de mi pobre madre.
No se esta nada mal, pero espartinas me transmite tristeza..Siempre hay lo mismo que hacer a diario, es pura monotonia..aunque si hay que decir que en el campo nos quedamos sordos.
Aunque me cueste reconocerlo a pesar de sus contras.. aqui me siento feliz.. aqui en este pueblo crecí y disfruté de mi niñez..
en espartinas no padezco las molestias varias a cada instante de la capital.. y de la libertad
enlatada que huele a suela de zapato sudado de falso cuero.. Aqui me libero de la
modernidad absoluta sin tener que acudir al Ángel de la Guarda.
Dicen que hay que progresar.. Decididamente en Sevilla llueve como en toda
España pero seguramente la lluvia de sevilla capital no tendrá nada que ver con ver llover aqui en espartinas , aqui no llueve asi sin mas.. Aqui es una lluvia dulce, placentera, romántica y
benefactora, ya que la naturaleza se alimenta de la misma..
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